enero 21, 2009

Todos tenemos un cuento que nos hace creer.

Esta es una historia mega tierna y cursi,cuando la escribí lo hice pensando en la historia de dos personas que se aman muchisimo y en el hombre mas especial que existe en este planeta.


Mariana era una joven de 17 años, con un pensamiento lo suficientemente actual y libre como para creer en aquel cuento de verse a si misma como una princesita de cuento de hadas, mucho menos pensaba en algún chico como aquel noble príncipe, que la rescataría de todos sus problemas y valientemente la protegería cuando su fuerza se extinguiera.

Claro que Mariana salía y se divertía con amigos. De hecho llevaba una relación de mas de año y medio con un muchacho, quien no la trataba mal, pero tampoco provocaba en ella la sensación que se describía en todos los escritos que ella acostumbraba leer, después de todo por mas libre que fuera ella creía en el amor puro, arrebatado, mágico e inolvidable descrito por su autor favorito en su novela favorita.

No es que ella no quisiera a su novio o que nunca hubiera sentido algo similar a lo descrito por Gabriel García Márquez en “El amor en los tiempos del cólera”. Sólo que había sido tan fugaz que para ella fue como si nunca lo hubiera sentido. Ya lo he dicho, ella si tenía corazón, sin embargo las frases que le decía no nacían sinceramente. En ocasiones un “te amo” era dicho mas por fuerza que por convicción. Mariana llegó a pensar que era normal sentirse así “eso sólo pasa en las novelas, ni el es Florentino Ariza ni yo Fermina Daza” pensaba.

Hasta que conoció a Diego. Un muchacho apuesto y muy simpático que conoció en su salón de clases en la prepa. Al momento de conocerlo no lo vio precisamente como un prospecto para amar, pues ella tenia la relación ya mencionada y su forma de ser no era exactamente la de una joven infiel.

Bajo algún pretexto ella cruzó palabras con Diego. Ambos se fueron conociendo y se hicieron amigos. Aunque no pasó mucho tiempo para que Mariana notara lo atractivo que le resultaba y lo bien que se la pasaba en su compañía.

Un día el nuevo amigo de Mariana llego muy temprano,a su salón, la vio y obligadamente dirigió una sonrisa para ella, de inmediato entró al salón de clases, se ubicó en su pupitre acostumbrado y no dijo nada. La chica sabia que algo malo pasaba pues la sonrisa de su amigo era de esas que se añoran apenas faltan o congelan el ambiente cuando no son sinceras. Intento averiguar que sucedía pero su plan fracasó y sólo funcionó varias horas después.

Él estaba triste y se notaba en su rostro, no era el de siempre, no jugaba ni bromeaba como acostumbraba hacerlo. No daba esa luz que la iluminaba. Mariana sólo tenia ganas de abrazarlo, de decirle que todo saldría bien y que no debía preocuparse, porque existía mucha gente que lo quería de una manera prácticamente incondicional, como ella. Sólo pensaba en como hacer para que él sonriera, aunque sólo fuera por unos segundos y después volviera a apagarse su rostro.

Al transcurrir los días descubrió que le importaba en exceso lo que sucedía en la vida de Diego, quizá era un muy buen amigo, quizá comenzaba gustarle un poco más, quizá solo no tenía que hacer y pensaba en cosas sin sentido. Pero cada vez necesitaba mas de él, cada vez extrañaba más los momentos con él, cada vez aumentaban sus pensamientos para él, aun en compañía del chico que era su novio.

El tiempo poco a poco pasó, creció la amistad y la confianza entre los dos, el siguiente paso fue la complicidad y entonces, él ya era casi indispensable en su vida.

A Mariana siempre le gustó la idea de ir a la prepa pero desde que su amistad con Diego había surgido iba con muchas más ganas, anhelaba llegar sólo para verlo y estar unos momentos a su lado.

No fue necesario que transcurrieran muchas semanas para que los amigos de Mariana comenzaran a cuestionar el trato que tenia ella con el o porque buscaba un pretexto mínimo para estar cerca de Diego.

Un día Mariana no pudo más y reveló su secreto ante su amigo, le comentó que sin darse cuenta había empezado a sentir algo más que un simple cariño por él, ella se lo dijó porque pensó que ese día seria el ultimo que lo vería, y no quería quedarse con aquel sentimiento tan grande guardado. De no haber hablado siempre se lo hubiera reprochado.

Para su gran sorpresa era correspondida. Aquel día, después de mucho tiempo, Mariana sintió que un beso era lo más poderoso que existía. No podía creer lo que le estaba sucediendo y mucho menos podía dejar de pensar en aquel chico, que ya no era su amigo pero aun no era algo más.

Pasaron algunos días antes de que los dos chicos se vieran de nuevo. Mariana todas las tardes imaginaba miles de cosas, sueños e ilusiones junto a Diego. También tuvo que decirle adiós a la relación que mantenía pues le parecía absurdo seguir junto a alguien que en año y medio no había logrado hacerla sentir lo que Diego había causado en solo unas horas..

El día de verse llegó y Mariana sintió que iba a deshacerse cuando lo miró, se sentía como nunca antes, en su estomago sentía un revoloteo que la hacia sentirse tonta y a la vez muy feliz.

Para Mariana el sueño de ser la novia de Diego se cumplió. Ella estaba llena de incertidumbre pero también de una vitalidad asombrosa, no podía describir todo lo que estaba sintiendo y pensó ¿esto en verdad puede sentirse? ¿Puede ser que exista un cuento para mí?

Y desde entonces. Sin darse cuenta, Mariana visualizó a Diego como aquel príncipe que la rescataba cuando algo en su vida no estaba bien, quien la escuchaba, aconsejaba y comprendía. El único capaz de dibujarle una sonrisa después de un mal día, el único quien le daba el valor suficiente para no rendirse.

Mariana es muy feliz desde que es novia de Diego quienes la conocemos diríamos que es otra, no puede no marcarse un antes y un después desde que están juntos.

Ellos son muy felices. Juegan, ríen, se besan, se abrazan, platican y si, algunas veces tienen diferencias pero por encima de todo se aman.

En fin, viven ese dar y recibir de un amor mágico, franco e indescriptible en el que Mariana no solía creer sinceramente.

Mariana desde entonces cree en los cuentos y la magia del amor. Mariana aprendió que los sueños y la realidad pueden llevarse no del todo mal y que los sentimientos que nacen directamente del corazón son tan fuertes y sinceros que no existe una explicación lógica para describirlos.Mariana además conoció el verdadero valor de un “te amo”.

Mariana y Diego tienen muchos sueños juntos, muchos planes y muchas ilusiones. Viven un amor único que nació sinceramente y que los hace fuertes.

Un amor de esos que sólo se viven a los 18 años cuando el corazón es aun fuerte, fiel, valiente y puro. De esos amores que se desea perduren.

Este es el cuento que hizo que Mariana creyera en el amor y en los cuentos mismos, ¿Cuál es el tuyo?