julio 14, 2009

Un amor infinitoO!

Hace millones de años en algún lugar del universo vivieron dos estrellas. Estas estrellas se enamoraron mientras viajaban por el universo, se amaban en secreto, pues el amor entre estrellas era prohibido. El castigo era renunciar a su luz y perderse en algún manto estelar, adornando la noche de algún planeta, siendo separada por siempre de su estrella gemela. Por esta razón las jóvenes estrellas decidieron que no dirían nada sobre su amor. Pero su amor era tan infinito como el mismo universo y cada vez mas astros sospechaban de su relación.


Un astro amigo le comento al par de estrellas que existía una manera en que no fueran separadas.
Debían acudir a un planeta cercano, ubicado a un par de galaxias. Hablar con los dioses y ofrecer su brillo en sacrificio. La recompensa era que los dioses convertirían a las estrellas en seres humanos, capaces de nacer, desarrollarse y amar libremente.


Las estrellas aceptaron, aún sabiendo que su memoria astral sería borrada y corrían el riesgo de jamás encontrarse nuevamente. Era un riesgo que debían correr.


Así nacieron dos bebés, un niño llamado Fabián y una niña llamada Ximena. Ambos nacieron en el mismo año y en el mismo país, los dioses habían facilitado bastante las cosas, ahora le tocaba al tiempo y al destino hacer su parte.

Los años pasaron y los bebés se convirtieron en jóvenes. Atravesaban sus 18 años cuando en un salón de clases sus miradas se cruzaron. Ximena tuvo la sensación de que ya conocía esa mirada, casi podía jurar que Fabián ya era alguien a quien ella conocía muy bien.


Fabián y Ximena se hicieron amigos, disfrutaban el tiempo en que sus demás amigos desaparecían y ellos podían aprovechar el tiempo para hablar, bromear o abrazarse. La confianza fue creciendo y Ximena se fue enamorando cada vez más de Fabian, adoraba cada acto que él realizaba.


Ximena y Fabián después de muchos años volvían a estar juntos. Ella había tenido esa noción de conocerlo de otro lugar, de otra vida quizá, al sólo mirarlo así que cuando el cariño fue creciendo, esa sensación también se incremento. Sin duda era el encuentro inusual de dos astros.
Algo hermoso sucedió un día. El destino y el tiempo juntaron completamente a ambas estrellas, es algo que muy pocas veces sucede, así que mediante un beso, comenzó la más hermosa historia de amor verdadero.


Las estrellas, ahora jóvenes humanos, comenzaron a vivir, días hermosos, comenzaron a amarse de una forma envidiable (literal…muy literal).Y todo marchaba bien, aunque, claro, las estrellas son de carácter explosivo y muchas veces diferían en sus opiniones. Bastaba un beso para olvidarlo todo y comenzar de nuevo a amarse.

Lamentablemente en una ocasión la sombra de algunas falsas estrellas opacaron el inmenso amor de estos seres.Rumores, intrigas, envidias y demás sentimientos grises fueron capaces de separar a Ximena y a Fabián. La última vez que conversaron se habían gritado y se habían dicho cosas horribles.
-¡Te crees perfecto!-dijo ella
-¡Y tú eres una egoísta!- Respondió él.
Dijeron muchas más cosas sin sentido y ni siquiera se despidieron , simplemente se alejaron uno del otro y no cruzaron palabra alguna. Esa fue una tarde completamente gris.

El destino y sus bromas crueles pusieron al límite a Ximena, llego un punto en el que ella sentía que no podía más, todo su mundo se desmorono después de aquella tarde, familia, amigos, escuela, todo le parecía insignificante si Fabián ya no estaba con ella.


Voces, voces, muchas voces surgieron al saber de la separación e intentaron “ayudar”. Lejos de ayudar sumergieron a Ximena en una terrible crisis de angustia, rencor y mil preguntas.
Ella no sabía que o como hacer. Fabián se había convertido en su universo y sin él sentía que perdía el rumbo, era una estrella sin dirección y conocía su destino…se iría apagando día a día, había perdido el brillo que Fabián le regalaba.


Ximena lloró,gritó,se desahogo escribiendo, buscó la forma de seguir con su vida e intentaba no extrañar a Fabian,pero cada noche, en su cama y en completa soledad, escuchando alguna canción sacaba el dolor de su alma llorando, desgastando esos ojos que un día habían mirado a su muy amada estrella gemela. Se negaba a aceptar que él era su estrella, no podía ser él, y no podía ser porque no podía asimilar que lo fue y la perdió.


Una noche Ximena despertó en medio de la madrugada, como solía ocurrir, había tenido un sueño en donde Fabián era sin duda el protagonista. Ésta vez no sintió coraje, rencor o dolor, ésta vez se sentía feliz. En su sueño existía una solución para sus problemas y el brillo de ambos volvía. A pesar de la felicidad, la nostalgia apareció, ya habían pasado semanas desde la última vez que lo había visto.

A los pocos días ocurrió un incidente que llevo a Ximena a “saludar” a Fabián. Él por su parte había realizado un escrito que sin duda Ximena leería tarde o temprano. Fue sorprendente la forma en que las cosas sucedieron parecía que ambos sin palabras se habían dicho lo mucho que se necesitaban.
Nuevamente el destino y el tiempo reunieron a las estrellas, ésta vez la decisión era de ellos. Debían elegir entre desechar el pasado u olvidarse y nunca más sentir la felicidad de la que ambos disfrutaron el tiempo en que estuvieron juntos.


Ximena sabía que no podría amar a nadie más, no pudo hacerlo antes de conocerlo así que sus esperanzas sobre el futuro no eran muy alentadoras. Sabía también que ambos se habían equivocado. Y que a pesar de no ser algo muy propio de su estilo las segundas oportunidades no siempre son malas.

Fabián y Ximena dejaron a un lado ese orgullo, esas voces y todo lo demás, querían estar juntos y nuevamente el tiempo se detuvo en un beso, un beso que encerraba perdón, amor, fé y muchas otras cosas.


Después de todo tener alma de estrella no es sencillo, se lleva con ello un carácter que no siempre es el mejor, un orgullo muy grande y una gran terquedad, también ha de reconocerse la gran pasión que llevan estas almas, son entregadas, valientes y muy decididas. Por eso basta con un par de almas así para que el mundo entero presencie atónito un amor infinito, si infinito, estrellas como Fabián y Ximena nunca dejan de amarse, sencillamente porque está en su destino, por que de algún modo o de otro, a pesar de los problemas y/o personas en contra, el tiempo y el destino los reúne para cara a cara mirarse y en una mirada decir:


“eres tú a quien había esperado, ya no he de buscar sólo contigo he de brillar…nunca te dejaré de amar”
Así que no importa lo que llegue a pasar... estrellas como éstas nunca se dejaran de amar y su historia nunca tendrá final.


Si, otro cuento en donde tú eres mi inspiración, pueden pasar mil años, yo seguiré junto a ti, pueden pasar siglos, siempre vivirás en mi, a mi lado te veo y sin ti no me imagino, mi vida sería gris si no estuvieras aquí. Mi única estrella eres TÚ! ¡TE AMOOO! mi amOr...eRes el amoOr de mi vida!!!!



1 comentario:

Alberto dijo...

Contigo no me falta nada, gracias por cada momento, cada palabra, cada detalle...

Mi amor por ti es GIGANTESCO!
¡TE AMO MI AMOR!.. ¿tu cres?
:P